Costa Rica entre la prudencia técnica y el optimismo político: dos visiones sobre la economía nacional
En una semana marcada por importantes mensajes económicos, el país recibió dos señales distintas sobre el rumbo financiero de Costa Rica: por un lado, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) publicó su Informe de Política Monetaria, con una revisión a la baja en sus proyecciones de crecimiento; por otro, el presidente Rodrigo Chaves, en su informe anual ante la Asamblea Legislativa, presentó un discurso optimista destacando logros macroeconómicos. Ambas posturas son válidas en su contexto, pero invitan a un análisis sereno sobre hacia dónde vamos como país.
El tono prudente del Banco Central
El BCCR ajustó sus proyecciones económicas para el bienio 2025-2026. En lugar del crecimiento esperado del 4,1% para 2025, ahora estima un 3,6%, y un 3,8% para 2026, también por debajo de lo anticipado anteriormente. A la vez, prevé que la inflación volverá al rango meta (3% ±1 punto) hasta el primer trimestre de 2026, lo cual representa un retraso respecto a las expectativas iniciales.
Este ajuste refleja una postura conservadora y técnica, basada en análisis de riesgos. El Banco Central fundamenta su visión en factores tanto externos como internos:
- Externos: incertidumbre en el mercado del petróleo, tasas de interés altas a nivel global, tensiones geopolíticas, y una posible desaceleración en países socios comerciales.
- Internos: desempleo estructural, lento crecimiento en la inversión privada, riesgos fiscales por el alto endeudamiento del Estado y una inflación baja que podría afectar la reactivación.
En palabras sencillas: el Banco busca evitar falsas expectativas y prefiere actuar con cautela, lo cual es coherente con su rol técnico y su mandato de estabilidad financiera.
El discurso optimista del Poder Ejecutivo
En contraste, el presidente Chaves ofreció un discurso enfocado en logros y mejoras económicas. Afirmó que la economía costarricense es “un ejemplo para América Latina”, destacando:
- Reducción del desempleo a menos del 9%.
- Inflación baja, incluso por debajo del 3%, lo que se presenta como un beneficio directo para las familias.
- Disminución de la pobreza al 18%, según datos oficiales.
- Reconocimiento internacional al manejo económico del país.
El presidente no abordó directamente la revisión a la baja del BCCR, ni las proyecciones actualizadas de crecimiento. Su mensaje, en cambio, buscó inspirar confianza y mostrar que las decisiones de su administración están dando frutos, especialmente en un año donde los resultados económicos serán parte del debate político.
¿Cómo interpretar esta diferencia?
Este contraste entre la prudencia del Banco Central y el optimismo del Ejecutivo no debe leerse como contradicción, sino como una diferencia de enfoque y responsabilidad institucional:
- El Banco Central tiene el deber de prever riesgos y evitar excesos de confianza que puedan afectar la estabilidad del país.
- El Presidente cumple un rol político-comunicacional, donde parte de su labor es mostrar avances, mantener el apoyo ciudadano y justificar sus decisiones de política pública.
Ambas perspectivas tienen valor, y el ciudadano, empresario o inversionista que quiera entender el panorama económico debe aprender a leer estos mensajes en conjunto.
Conclusión: entre señales de avance y advertencias técnicas
Costa Rica transita por un escenario económico donde coexisten señales positivas y alertas técnicas. Reconocer esta dualidad es clave para interpretar adecuadamente tanto el discurso del Gobierno como las proyecciones del Banco Central.
El presidente Chaves tiene razón al destacar algunos avances tangibles:
- La inflación ha sido históricamente baja en los últimos dos años, lo que se traduce en alimentos más estables en precio, algo que las familias sienten directamente al hacer sus compras.
- La pobreza disminuyó, lo que puede reflejar programas sociales más focalizados o mayor inclusión financiera en algunos sectores.
- Se han dado esfuerzos por atraer inversión extranjera directa, como en zonas francas, lo que ha generado empleo formal en industrias tecnológicas y de servicios.
Sin embargo, la lectura del Banco Central introduce matices que ayudan a no sobredimensionar estos logros y a prepararse mejor para los desafíos que persisten:
🔹 Aunque el desempleo bajó al 9%, uno de cada cinco jóvenes sigue sin empleo formal, y muchos trabajadores están en condiciones de informalidad o subempleo. Esto limita su acceso a crédito, salud y pensión.
🔹 La inflación baja, si bien es un alivio para los consumidores, puede reflejar una economía con bajo dinamismo. Si los precios no suben porque no hay suficiente demanda, las empresas tampoco crecen ni contratan más personal.
🔹 El crecimiento proyectado del PIB se ha desacelerado. Esto puede afectar la recaudación tributaria, y con ello, la capacidad del Estado para sostener programas sociales o invertir en infraestructura.
🔹 El alto endeudamiento público sigue presionando las finanzas del gobierno. Aunque se han logrado ciertos equilibrios fiscales, aún se destina una proporción considerable del presupuesto al servicio de la deuda.
🔹 En el plano externo, el precio del petróleo, aunque bajo en este momento, podría repuntar ante nuevas tensiones internacionales, afectando el costo de vida y la estructura de precios de la economía nacional.
Por tanto, mientras el informe presidencial resalta los avances logrados, el análisis del Banco Central actúa como un contrapeso responsable: nos recuerda que no basta con mirar el retrovisor, sino que también hay que anticipar curvas en el camino.
Para empresarios, emprendedores y profesionales, esto se traduce en la necesidad de una planificación con base técnica, pero flexible, que celebre las oportunidades actuales sin ignorar los posibles riesgos:
- ¿Está creciendo el negocio? Excelente, pero monitoree su flujo de caja y evite sobreapalancamiento.
- ¿Bajó el costo de algunos insumos? Aproveche, pero no base sus precios en una inflación baja que podría revertirse.
- ¿El entorno político es estable? Sí, pero considere en sus decisiones los ciclos electorales y los cambios regulatorios.
Costa Rica no está en crisis, pero tampoco está blindada. La economía avanza, pero requiere vigilancia y visión estratégica. Por eso, ambas visiones —la política y la técnica— son necesarias y complementarias para una ciudadanía informada y proactiva.
Jorge Gutiérrez Guillén
JGutierrez Auditores Consultores S.A.
#EconomíaCostaRica #PolíticaEconómica #BancoCentralCR #InformePresidencial #AnálisisEconómico
Fuentes: Banco Central de Costa Rica (BCCR) Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) Fondo Monetario Internacional (FMI) Discurso del Presidente Rodrigo Chaves ante la Asamblea Legislativa (5 de mayo de 2025) La República El País CR Delfino.cr El financiero