Estados Unidos en tensión fiscal: Presupuesto ambicioso, advertencia de Moody’s y sombra inflacionaria

La política económica de Trump enfrenta presión interna, riesgo crediticio y dudas sobre estabilidad inflacionaria

La política económica del presidente Donald Trump avanza entre logros legislativos inciertos, advertencias de las agencias calificadoras y señales mixtas del comportamiento inflacionario. Su nuevo proyecto de ley presupuestaria, considerado por el propio mandatario como “magnífico y hermoso”, se enfrenta no solo a la oposición demócrata, sino también a profundas divisiones dentro del Partido Republicano, mientras que Moody’s rebajó la nota de crédito de Estados Unidos y los expertos advierten que los aranceles comerciales comenzarán a presionar al alza el índice de precios en los próximos meses.

El presupuesto de Trump: ambición fiscal en terreno frágil

La propuesta presupuestaria de Trump contempla, entre otras medidas, la extensión de los créditos fiscales promulgados durante su primer mandato, que vencen a finales de este año. Aunque estos beneficios son bien vistos por los sectores productivos, una comisión del Congreso estima que, junto con otras medidas tributarias, el plan aumentaría el déficit federal en más de $4,8 billones en la próxima década.

Para compensarlo, el proyecto contempla recortes severos en programas como Medicaid, que atiende a más de 70 millones de ciudadanos de bajos ingresos. Sin embargo, este punto ha generado fricciones internas: el ala moderada del Partido Republicano teme consecuencias electorales, mientras que el sector ultraconservador considera los recortes insuficientes.

Mike Johnson, líder de la Cámara de Representantes, afirmó que se trata del “mayor recorte de gastos en tres décadas”, pero las negociaciones se estancaron temporalmente el pasado viernes, cuando un grupo conservador votó en contra del proyecto en el Comité de Presupuesto.

Moody’s baja la calificación crediticia: confianza internacional en juego

El mismo día en que el Congreso entraba en bloqueo, la agencia calificadora Moody’s rebajó la nota crediticia de Estados Unidos de Aaa a Aa1, argumentando un deterioro estructural en los niveles de deuda y el pago de intereses. La agencia advirtió que las propuestas fiscales en discusión no lograrán una reducción significativa del déficit, y que el desempeño fiscal del país seguirá deteriorándose frente a su propia historia y a economías de calificación similar.

Aunque Moody’s mejoró la perspectiva de “negativa” a “estable”, también alertó que un mayor deterioro o una pérdida de confianza internacional en el dólar como moneda de reserva mundial podría aumentar las tasas de interés, encareciendo aún más la deuda pública.

Inflación contenida… por ahora: los aranceles aún no han hecho su efecto completo

En medio de este entorno fiscal y político complejo, los datos de inflación de abril dieron un respiro aparente. El índice de precios al consumidor (IPC) se situó en 2,3% interanual, el nivel más bajo desde febrero de 2021. Sin embargo, los analistas ya advierten que esta calma podría ser temporal.

La implementación reciente de nuevos aranceles a productos importados, especialmente de China, ha generado una presión inflacionaria latente. Según Ryan Sweet, de Oxford Economics, los efectos de los aranceles aún no se reflejan totalmente debido a que muchos comercios están vendiendo inventario previo a la entrada en vigor de las tarifas. Pero en los próximos meses, se espera que los precios comiencen a subir, lo que podría llevar el IPC por encima del 3%.

Un delicado equilibrio entre expansión fiscal, reputación crediticia y presión inflacionaria

La administración Trump camina una línea fina entre expansión económica y responsabilidad fiscal. Su presupuesto busca estimular la economía a través de rebajas fiscales y gasto público focalizado, pero enfrenta resistencia interna, advertencias de las agencias de calificación y un entorno comercial que podría agravar la inflación en el corto plazo.

Para países como Costa Rica, la interacción entre estas variables representa un riesgo indirecto pero relevante. Un deterioro fiscal en EE. UU., combinado con presiones inflacionarias, podría impactar los flujos de comercio, tasas de interés internacionales y la estabilidad del dólar como ancla de muchas economías emergentes.

La evolución del debate presupuestario y los efectos plenos de la política arancelaria serán determinantes en el segundo semestre del 2025. Las decisiones que tome Estados Unidos en las próximas semanas marcarán no solo su rumbo económico interno, sino también su influencia global.

Jorge Gutiérrez Guillen

Fuente: Fox News – Oxford Economics – El Financiero

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