¿Se puede reducir el impacto del arancel del 10% impuesto por EE. UU. a Costa Rica? Aquí te lo explicamos

La verificación de origen de los productos podría ser la clave para reducir la carga tributaria sobre las exportaciones costarricenses a Estados Unidos, pero no todos los sectores pueden aprovechar este beneficio.

La política de aranceles recíprocos impulsada por el gobierno de Estados Unidos ha afectado directamente a más de 50 países, incluida Costa Rica, que enfrenta un arancel del 10% sobre el valor total declarado en aduanas. Esta medida, que se mantiene vigente mientras el expresidente Donald Trump plantea nuevas prórrogas y ajustes, ha obligado a los exportadores nacionales a buscar formas de mitigar su impacto económico.

¿Cómo funciona la verificación de origen?

Uno de los mecanismos más relevantes para reducir el monto del arancel es la verificación de origen de los insumos que componen el bien exportado. Este proceso permite determinar qué porcentaje del producto contiene materias primas originarias de EE. UU., ya que el arancel solo se aplica al valor correspondiente a insumos provenientes de terceros países.

Por ejemplo, si un equipo médico tiene un valor de $1.000 y un 45% de sus componentes son de origen estadounidense, el arancel se calculará únicamente sobre el 55% restante. Así, se grava solo $550, y no el valor total del producto.

¿Qué sectores pueden beneficiarse?

El beneficio no aplica de forma uniforme. Las empresas manufactureras con insumos de EE. UU. pueden acogerse a este mecanismo, siempre que documenten el origen con precisión. Sin embargo, el sector agrícola enfrenta mayores dificultades, dado que sus productos suelen ser enteramente nacionales. Incluso cuando se emplean agroquímicos importados, estos rara vez representan más del 20% del valor total del producto, lo que limita el acceso a la exención.

Más documentación, más controles

Aunque la verificación de origen no es un requisito nuevo —ya existe bajo el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta)—, las autoridades estadounidenses han intensificado los controles. Esto implica más documentación, análisis detallado de los componentes y perfiles de riesgo aduanero que determinan qué exportaciones se auditan con mayor rigurosidad.

Carolina Palma, líder de Comercio y Aduanas de EY, señala que este proceso implica costos adicionales, pero es una inversión que puede representar un ahorro del 10% en aranceles, lo cual es significativo para muchas empresas.

Escenarios de aplicación del arancel

La Cámara de Exportadores (Cadexco) detalla tres escenarios en los que se aplica o no el arancel del 10%:

  • Bienes sin contenido estadounidense: pagan el 10% sobre el valor total declarado en aduana.
  • Bienes con al menos un 20% de insumos estadounidenses: solo se grava el valor restante.
  • Bienes enviados a reparación: si un artículo estadounidense es reimportado tras ser reparado en Costa Rica, solo se paga el 10% sobre el costo de la reparación.

Además, el DR-Cafta permite que la certificación de origen pueda ser emitida tanto por el exportador, como por el importador o el productor, lo cual brinda cierta flexibilidad.

Comparativa con países sin tratado

Costa Rica, pese al arancel recíproco, conserva ventajas frente a otros países que no cuentan con acuerdos comerciales con EE. UU. Por ejemplo, un exportador sin TLC podría pagar el arancel ordinario más el nuevo impuesto del 10%, resultando en una doble carga.

Según Jaime Morales, gerente de Aduanas y Comercio Exterior de Grant Thornton, un probador de prótesis con un valor de $1.000 pagaría un 3,1% de arancel general más el 10% del nuevo gravamen. En cambio, si la exportación proviene de Costa Rica bajo los lineamientos del Cafta y cumple los criterios de origen, podría ahorrarse el arancel general.

Un desafío estratégico para las empresas costarricenses

El principal reto para los exportadores nacionales es reconfigurar sus cadenas de suministro. Aquellas empresas que deseen acogerse a la exoneración total deberán sustituir parte de sus insumos por materias primas estadounidenses, lo cual responde al objetivo de política comercial del expresidente Trump: favorecer la producción local de EE. UU.

Para quienes no opten por este camino, las alternativas serán asumir el 10% adicional o diversificar su cartera de destinos de exportación. Este último escenario implica importantes desafíos logísticos y comerciales, especialmente para aquellas empresas altamente dependientes del mercado estadounidense

Jorge Gutierrez Guillen

Fuente: EY Global – El Financiero – Dirección General de Aduanas de Costa Rica

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