¿Continuará descendiendo el valor del dólar? Es una incógnita que los expertos analizan considerando diversos escenarios.

¿Podría continuar la tendencia a la baja del precio del dólar o podría revertirse este año y dirigirse hacia una subida? Varios economistas señalan que hacer predicciones precisas es complicado, aunque identifican factores que podrían influir en la dirección del tipo de cambio este año.

Ronulfo Jiménez, investigador y asesor económico de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), mencionó que la complejidad del mercado y la política macroeconómica dificultan las predicciones. Sin embargo, identificó cuatro factores clave que podrían determinar la dirección del tipo de cambio:

  1. El comercio real de Costa Rica, que incluye las exportaciones, importaciones y flujos de Inversión Extranjera Directa (IED).
  2. La política fiscal, que abarca el financiamiento del Gobierno con fondos externos, como las colocaciones de títulos valores en el mercado internacional y los créditos internacionales aprobados por la Asamblea Legislativa.
  3. Las decisiones del Banco Central de Costa Rica (BCCR) sobre su Tasa de Política Monetaria (TPM), que influyen en las decisiones de colonización o dolarización y en los movimientos de capitales.
  4. La intervención del BCCR en el mercado cambiario, mediante compras o ventas de dólares.

Norberto Zúñiga, economista y socio consultor de la firma Ecoanálisis, sugirió que, si las condiciones actuales se mantienen, es probable que el tipo de cambio permanezca más o menos en los niveles actuales, aunque posiblemente un poco menos, pero nunca por debajo de ¢500/$.

Zúñiga también señaló algunos factores futuros importantes, como la disminución en la autorización para colocar eurobonos este año y la posibilidad de préstamos multilaterales menores. Además, mencionó que la apreciación podría aumentar el déficit en cuenta corriente, afectando las finanzas públicas.

En resumen, Zúñiga percibe más factores presionando por una depreciación del colón que por una apreciación, y considera que un cambio en las expectativas del mercado también podría influir en esa dirección. En enero pasado, las expectativas de mercado sobre la variación cambiaria a 12 meses se ubicaron en 3,08, según datos del Banco Central.

Durante el primer trimestre del año, Pablo González, analista económico de Mercado de Valores, señaló que en un mercado cambiario como el de Costa Rica, donde el tipo de cambio está determinado por la oferta y la demanda, resulta impredecible predecir cuándo surgirá una tendencia al alza o a la baja.

González explicó que aunque se pueden estudiar patrones históricos para comprender posibles comportamientos de oferta y demanda, estos no necesariamente se cumplen. Comparó el comportamiento del tipo de cambio con el precio de una acción, donde la volatilidad es una característica cotidiana.

Para entender el mercado cambiario, González destacó la importancia de analizar exportaciones, importaciones, flujos de capitales, diferencias en tasas de interés, necesidades financieras del Sector Público No Bancario, precios de materias primas y los saldos de ventanilla.

Según estudios estacionales del mercado cambiario, se observa que desde diciembre hasta marzo suele haber un exceso de divisas, lo que presiona a la baja el precio del dólar. Sin embargo, hasta finales de octubre, se experimenta lo contrario, donde el mercado se vuelve relativamente «seco» y pueden surgir presiones al alza.

Aunque este comportamiento se ha repetido en varios años, González advierte que no debe considerarse como una regla inflexible. Por ejemplo, en 2023 se observó este patrón estacional en una magnitud mínima.

En cuanto a las proyecciones de Mercado de Valores, se espera que las presiones a la baja en el tipo de cambio se mantengan durante el primer trimestre, siempre y cuando los factores determinantes sigan mostrando el mismo comportamiento. Sin embargo, para los trimestres siguientes, podrían reducirse los flujos de divisas debido a nuevas fuerzas de demanda que contrarresten los excesos de oferta, lo que podría generar momentos de volatilidad. Además, se espera una normalización de la actividad económica, lo que podría ejercer presión neutral o incluso al alza sobre el tipo de cambio.

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